Durante las últimas décadas se han ido abandonando las prácticas de pastoreo en muchos de los sistemas ganaderos a la vez que se han hecho cada vez más evidentes los problemas de la sostenibilidad de la actividad agrícola/ganadera. A su vez, la creciente preocupación medioambiental y la necesidad de producir alimentos de mayor calidad de una manera sostenible y respetuosa con el entorno, configuran al sector agroalimentario como un sector clave para la sociedad. El proyecto LIFE REGEN FARMING nace bajo esta perspectiva, para tratar de evaluar la viabilidad de prácticas regenerativas como alternativa para la sostenibilidad de las explotaciones ganaderas.
El objetivo principal del proyecto LIFE REGEN FARMING es demostrar, a distintas escalas agroclimáticas y condiciones de manejo, la viabilidad de las prácticas regenerativas y sus efectos beneficiosos sobre la calidad del suelo y el medio ambiente, para su posterior difusión y transferencia. En particular el proyecto LIFE REGEN FARMING se ha centrado en:
- Testar prácticas regenerativas como alternativa sostenible: gestión holística, pastoreo planificado, siembra directa y abonado orgánico.
- Puesta a punto de metodologías sencillas, rápidas y baratas de evaluación de la calidad de los suelos.
- Monitorizar el impacto medioambiental y socioeconómico de las prácticas regenerativas.
- Concienciar a distintos agentes de los beneficios de las prácticas regenerativas.
- Contribuir con el programa LIFE y la Estrategia Temática de Suelo a generar conocimiento y sensibilización acerca de la importancia del suelo.
Las prácticas regenerativas se testan en estas tres áreas con distintas condiciones agroclimáticas (Arkaute, Roncesvalles y Orduña), así como en especies animales y sistemas de producción diversos (ovino de leche y vacuno de carne). Esto le confiere al proyecto un carácter demostrativo, haciendo posible además la comparación de resultados en distintos escenarios y su transferencia a otros territorios. Las prácticas regenerativas empleadas durante tres años (2013-16) han sido:
- Siembras directas con especies perennes con la idea del mínimo laboreo.
- Abonados orgánicos con estiércol y/o compost de la propia explotación.
- Gestión planificada del pastoreo.
Todo esto se ha realizado bajo una dinámica de trabajo de Investigación Acción Participativa, generando un espacio de encuentro en el que ganaderos/as, centros de investigación, y estructuras de desarrollo rural trabajan conjuntamente.
Las prácticas regenerativas testadas en las tres zonas de estudio han demostrado que mejoran la calidad de los suelos y su biodiversidad. Como resultados más relevantes, las prácticas implementadas durante 3 años han supuesto un aumento del 10% de la materia orgánica particulada en el suelo, y se ha incrementado la fijación de carbono en el pasto (+10%), con lo que han contribuido a la mejora de la fertilidad del suelo. Esto se ha traducido en un aumento de la producción total de hierba (+10-15%), además de un ligero incremento de la diversidad botánica de las praderas (+3%). Por otro lado, se han mantenido las producciones animales y se ha reducido la huella de carbono por unidad de producto (-10%). Todo esto supone una mayor capacidad para mejorar la viabilidad económica de las explotaciones que realizan estas prácticas.
En cuanto al impacto social, el proyecto se ha desarrollado siguiendo una metodología de Investigación Acción Participativa en la que investigadores, técnicos de desarrollo rural y ganaderos/as han participado de forma activa. De este modo, se pretende una mejor transferencia del conocimiento generado, y facilitar la innovación en las explotaciones ganaderas.