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Biomasa, base para el desarrollo de la bioeconomía en España.

Autor: Margarita de Gregorio
Plataforma Tecnológica Española de la Biomasa (BIOPLAT)
Otros autores: Paloma Pérez (BIOPLAT)
Tipo: Comunicación técnica panel
Temática: Biodiversidad; Desarrollo rural; Economía y Sociedad; Energía, eficiencia y cambio climático; Residuos; Tecnología e innovación
Documentos asociados: Doc. Panel
Resumen:
La bioeconomía se entiende como un proceso de transición necesario del modelo productivo tradicional hacia otro basado en energías y recursos naturales renovables. El cambio climático y el agotamiento de determinados recursos estratégicos han colocado a la bioeconomía en la agenda de las políticas públicas en numerosos países desarrollados. En el ámbito europeo, la propia Comisión Europea ha manifestado la necesidad de reorientar el modelo productivo europeo hacia una economía sostenible. Es por ello por lo que en 2012 lanzó una ‘Estrategia para la Bioeconomía’ centrada en tres aspectos fundamentales: (i) el desarrollo de nuevas tecnologías y procesos para la bioeconomía, (ii) el desarrollo de sectores más competitivos y (iii) la necesidad de que los organismos públicos cooperen más estrechamente para impulsar políticas en favor de la bioeconomía. Asimismo, la bioeconomía juega un papel fundamental en la agenda política de la Comisión Europea en materia de empleo, crecimiento, equidad y gobernanza.

La biomasa (entendida como materia orgánica valorizable) es el elemento central de la nueva bioeconomía, adquiere un papel estratégico en el contexto de la lucha contra el cambio climático, también para la reducción de la gran dependencia de las importaciones de combustibles (no autóctonos, fundamentalmente fósiles) en Europa, y como sustituto de materiales cuyo origen es fósil. Por lo que el sector de la biomasa cuenta con un rol prioritario en el diseño y la aplicación de las políticas públicas vinculadas con la bioeconomía.

La vinculación de la biomasa al sector primario (actividades agrícolas, forestales y ganaderas), además de otras industrias asentadas en el medio rural (cooperativas agroalimentarias, industria papelera y maderera, entre otras) convierte al sector de la biomasa en un activo estratégico potencial para estos entornos rurales, que han perdido progresivamente pujanza debido a la notable concentración de población en núcleos urbanos. Así, al margen de que su extensión permitiría fijar población en los territorios rurales, la generación de nuevos puestos de trabajo podría contribuir a paliar el elevado desempleo que se concentra en el medio rural (muy vinculada al sector primario, donde además la creación de nuevas oportunidades es escasa). Por otra parte, la producción de bioenergía (y bioproductos) requiere de un aprovisionamiento continuo de materias primas biomásicas a instalaciones e industrias (y biorrefinerías), cuyos procesos logísticos asociados implican la movilización de una importante cantidad de recursos, lo que se traduce en un importante potencial de generación y mantenimiento de empleos en actividades anexas (más allá de la propia gestión de las instalaciones o industrias biomásicas, en la recogida, pre-tratamientos, distribución y transporte de estos combustibles biomásicos).