Manel Ferri: "El 65% del espacio público de la ciudad está ocupado por los coches"

¿Qué es la movilidad inteligente? Desde luego no es la que tenemos ahora en el conjunto de España y especialmente en la inmensa mayoría de las ciudades. "Soportamos un modelo de movilidad que es insostenible por sus costes ambientales, económicos y sociales", afirma Manel Ferri, técnico de la Diputación de Barcelona y uno de los participantes en el Comité Técnico del Eje de Movilidad de Conama 2016, que se encuentra ahora mismo preparando las sesiones que se llevarán a cabo en nuestro congreso.

"En Conama 2016, se va a hablar de herramientas, ejemplos, modelos e ideas alternativas para un cambio de patrón en la movilidad", centrándose especialmente en las ciudades y en cómo generar espacios con mayor calidad de vida y donde se apueste por la eficiencia en el desplazamiento en todos los sentidos, desde el económico al ambiental, explica Ferri. Los planes de movilidad urbana sostenible y los de movilidad al trabajo - el principal causante de desplazamientos en la urbe - serán puntos fuertes del guión de Conama 2016.
 
"Tenemos que plantearnos el tipo de ciudad en la que queremos vivir y darnos cuenta de hasta qué punto el vehículo privado configura el espacio que habitamos", añade.
 
"El 65% de todo el espacio público de la ciudad está destinado al coche, ya sea para viales o aparcamientos", afirma Ferri. Dicho de otro modo, hemos entregado al coche las dos terceras partes de la ciudad y el resto de la vida, el paseo, el juego, el disfrute, el ocio lo tenemos que realizar apiñados en el pequeño espacio sobrante.
 
El vehículo privado es el modo menos eficiente de plantear la movilidad en la ciudad, dilapida recursos, como el espacio público y la energía, y afecta negativamente a la economía. "Moverse a pie, en bicicleta, en transporte público o en un mix de medios es más barato, más saludable y más seguro que hacerlo en el coche privado", dice Manel Ferri.
 
Respecto a los costes del vehículo privado, no tenemos en cuenta los gastos que lleva aparejado. En primer lugar están los costes ocultos no directos: "El usuario suele tener en cuenta lo que le valió el coche o lo que se gasta en gasolina o aparcamiento, pero hay muchos otros desembolsos como el seguro, las revisiones o las tasas de circulación que no suele computar mentalmente y que elevan mucho el coste por cada kilómetro realizado", comenta Ferri.
 
Pero esto es solo una parte de la mochila que acompaña al coche privado. También hay que tener en cuenta las externalidades ambientales producidas por su uso. El consumo de derivados del petróleo tiene su grave efecto en emisiones de gases de efecto invernaderos y sobre el cambio climático; afecta a la salud debido a la contaminación del aire y, además, supone una sangría de divisas de enormes dimensiones: el gasto en combustible para vehículos a motor en España es de 35.000 millones de euros anuales, explica Ferri.