Las ciudades buscan la naturaleza perdida
Siguiendo los pasos de Vitoria-Gasteiz y urbes internacionales como Londres y Hamburgo, las grandes capitales españolas han presentado proyectos para renaturalizarse durante los próximos años. Una sesión técnica multidisciplinar abordará en Conama 2016 los requisitos para que realmente cumplan ese objetivo.
El pasado mes de julio se descubrió en el Anillo Verde de Vitoria la presencia de una mariposa nunca antes vista en el entorno de la ciudad. Fue localizada en uno de los cinco parques que, interconectados, configuran el soporte natural de la ciudad junto a cursos de agua y otras infraestructuras verdes.
Humedal de Salburua, a las afueras de Vitoria. |
El caso de Vitoria es pionero y emblemático en España, y la historia modesta de esta mariposa ejemplifica uno de los objetivos de la renaturalización de las ciudades: la recuperación de la biodiversidad. “Su presencia es la garantía de nuestra salud, al igual que la desaparición de los gorriones nos debe alertar. Son centinelas, como lo eran los canarios en las minas para avisar de la presencia de grisú”, explica José Vicente de Lucio, profesor de la Universidad de Alcalá de Henares y participante en la sesión técnica Renaturalización de las ciudades, infraestructuras verdes urbanas y resiliencia (ST-09) de Conama 2016.
“El 80% de la población española vive en las ciudades”, dice Lucio, “lo que debe dar idea de la importancia que debemos dar a ese objetivo. Dedicamos gran parte de nuestra superficie urbana al tráfico y apenas dejamos espacio a la infraestructura verde que nos reporta tranquilidad y bienestar”.
Barcelona presentó en 2013 su Plan Verde y de la Biodiversidad 2020; la capital aragonesa desarrolla actualmente el proyecto LIFE Zaragoza Natural, con financiación europea, y Madrid ha presentado su propio programa este año. Dentro de este último, una de las medidas más visibles es la renaturalización del río Manzanares, proyecto elaborado por la organización Ecologistas en Acción y adoptado por el Ayuntamiento. La puesta en marcha de la primera fase, consistente en dejar discurrir al río con su caudal natural, ha permitido recuperar la vegetación propia del cauce y dar cobijo a mayor cantidad de fauna.
“La sociedad ya está preparada para comprender que la convivencia con la fauna y la flora es beneficiosa”, prosigue de De Lucio, pero llama la atención sobre la necesidad de que estos proyectos no sean un mero requiebro estético. Todavía se plantan especies inadecuadas, o se pone un espacio aparentemente verde peroel suelo está impermeabilizado. "La permeabilidad del suelo es importante para gestionar las precipitaciones y evitar inundaciones. Se trata de mejorar en lo posible las funciones del ecosistema natural”, afirma el experto.
Los retos para conseguir el éxito de los proyectos de renaturalización de las ciudades serán debatidos en la sesión técnica por gestores, biólogos, geógrafos, arquitectos y paisajistas entre otros perfiles profesionales. “Me parece muy positivo que haya esa representación diversa porque es el eco de la inquietud social. Y es bonito que haya confluencia en la ciudad. Estoy pensando también en los huertos urbanos que ponen en marcha los vecinos, porque entre las claves del éxito de estos proyectos está que la gente entienda que es un bien común, y que participe”, concluye.