Ángel Luque: "Hacen falta planes de gestión para los espacios marinos protegidos"

La superficie marina protegida en España ha aumentado en los últimos años desde menos de un 1% al 8%, hasta alcanzar los 85.000 km² bajo el paraguas de la Red Natura 2000. La sesión técnica Espacios marinos protegidos. Situación actual, retos y perspectivas (ST-22) del CONAMA abordará los retos de su gestión.

Las cifras sobre la riqueza del mar bajo jurisdicción española son abrumadoras. “En nuestros mares viven más de la mitad de las especies marinas europeas y eso debe motivarnos a conservar ese riquísimo patrimonio natural”, sintetiza Ángel Luque, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid. Luque es miembro del comité técnico de esta sesión de Conama 2016, que reunirá a los sectores de la sociedad ligados al medio marino: pescadores, ONGs de conservación, gestores de la Administración e investigadores.
 
¿Es muy necesaria esta sesión técnica? “Sí, mucho, porque los límites geográficos de las zonas designadas en la Red Natura 2000 están claros, pero no está tan claro qué se puede y qué no se puede hacer en ellas, faltan planes de gestión. Una de las cuestiones que abordaremos será si las áreas marinas protegidas deben ser zonas de protección estricta de sus recursos naturales o si caben otros usos que sean compatibles con su conservación, y en este tema hay que conjugar muchas sensibilidades”, avanza.
 
El mar, un ámbito de protección por madurar

Otros aspectos que serán debatidos en la sesión se refieren a la capacitación de los gestores, la sensibilización de la sociedad y el control y seguimiento de las áreas protegidas. “Nos falta mucha experiencia de gestión, en contraposición a la que ya se tiene en los espacios protegidos terrestres”, explica Luque, haciendo notar la importancia de las distintas características de un medio y otro: “Para empezar, las posibilidades de acceso no son las mismas y eso crea una doble dificultad. Por un lado, falta conocimiento en la sociedad porque la gente no ve lo que ocurre bajo el mar. Se piensa generalmente que el mar es un medio homogéneo y al que le afectan poco nuestras actividades. Sin embargo, existe una variedad de hábitats comparable a la que hay en tierra, y tan sensibles al impacto humano como los terrestres. Y, por otro lado, adquirir el conocimiento científico necesario para la gestión es mucho más costoso, sobre todo teniendo en cuenta la enorme extensión marina (casi un millón de km²) de la que somos responsables y de la que todavía conocemos muy poco”.

La falta de medios y de personal es otro de los obstáculos que cita este biólogo marino como un elemento clave para la adecuada gestión de las áreas marinas protegidas. Para ilustrarlo sirve el caso de la mayor área marina protegida del mundo, anunciada por Obama este verano. Esta área de las islas Hawái tiene más de 1,5 millones de km². “Los estadounidenses tienen satélites que pueden seguir una pelota en un campo de golf y pondrán sus recursos de defensa para vigilar esa inmensa zona. Nosotros no disponemos de medios equivalentes para evitar la pesca ilegal en zonas protegidas alejadas, como el banco de Galicia, por ejemplo”. En España, “las áreas marinas protegidas están en desventaja en cuanto a medios y personal frente a las terrestres”, señala.

¿Algún buen ejemplo a seguir? “Andalucía, Cataluña y Canarias destacan en cuanto a la gestión de sus áreas marinas protegidas, y la Administración central hace cuanto puede en las aguas que son de su competencia”. No obstante, todo puede mejorarse y en España todavía faltan medios, personal, experiencia y coordinación entre las administraciones, y el conocimiento y el apoyo de la sociedad. Mirando fuera, Ángel Luque citaría el caso del Parque de la Gran Barrera de Arrecifes de Australia, que aúna conocimiento científico, conservación y gobernanza. “Si entras en su página web te das cuenta del camino que aún nos queda por recorrer”.