¿Qué es una infraestructura verde?
El concepto es amplio: incluye desde un bosque natural, una llanura aluvial o un humedal, hasta pequeños cursos de agua, setos y manchas de hábitats regenerados. Pero también pueden contemplar elementos de ingeniería creados por el hombre: ecoductos, puentes para fauna, parques periurbanos, y dentro de la ciudad incluso tejados y muros verdes siempre que alberguen biodiversidad y permitan funcionar a los ecosistemas.
Para detener la pérdida de especies en Europa, un objetivo de la UE para 2020 que está lejos de alcanzarse, hacen falta iniciativas que amplíen el efecto de otras políticas ya en marcha, como la Red Natura 2000 de espacios protegidos europeos. Por ello, los países de la UE preparan estrategias que darán protagonismo a un nuevo instrumento: las infraestructuras verdes. De ellas se hablará en la sesión técnica Restauración, conectividad e infraestructura verde (ST-19) de Conama 2016.
Un río bien conservado puede considerarse una 'infraestructura' verde, pero también lo son intervenciones humanas en el medio natural, como un paso de fauna, o en la ciudad, como un parque periurbano o un tejado verde. © Shutterstock |
¿Qué es una infraestructura verde? La Unión Europea la define como una red de zonas naturales y seminaturales y de otros elementos ambientales, planificada de forma estratégica, diseñada y gestionada para la prestación de una extensa gama de servicios ecosistémicos. “Lo que te viene en mente enseguida son los corredores verdes, cualquier mecanismo que conecte unidades protegidas por su valor ecológico o de paisaje”, explica Fernando Valladares, investigador del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y coordinador del equipo multidisciplinar que elabora las directrices de la estrategia española de infraestructura verde por encargo del Gobierno.
El concepto es amplio: infraestructura verde incluye desde un bosque natural, una llanura aluvial o un humedal, hasta pequeños cursos de agua, setos y manchas de hábitats regenerados. Pero también pueden contemplar elementos de ingeniería creados por el hombre: ecoductos, puentes para fauna, parques periurbanos, y dentro de la ciudad incluso tejados y muros verdes siempre que alberguen biodiversidad y permitan funcionar a los ecosistemas. “Se trata de aprovechar todo lo que hay, elementos secundarios a los que a veces se da poco valor, pero que si son muchos y están en un lugar estratégico también tienen valor por eso. Además sirven a la sociedad para ser actores de la gestión del territorio con una visión un poco más funcional, verde, integrada, que es lo que también se pretende buscar”, añade Valladares.
Además de la conectividad, otro aspecto fundamental de la infraestructura verde es la restauración ecológica. “No se trata sólo de conservar sino de recuperar y mejorar ecosistemas degradados. De hecho, el mandato de la Unión Europea es que en 2020 se haya recuperado el 15% de la superficie afectada”.
Finalmente, para encajar las piezas del puzle es necesaria la planificación. “Lo más difícil llegará cuando las administraciones se pongan sobre el mapa regional e implementen esas directrices. De todas formas ya hay experiencias interesantes en Cataluña, País Vasco y Andalucía”, avanza Valladares. “España cuenta con algo que no tiene el resto de Europa, y es lo que llamamos la matriz, que es de una gran calidad ecológica. Sólo hay que pensar en las dos Castillas y Extremadura con miles de hectáreas de gran valor sin una figura de protección. Planificar todo eso, conectar los espacios protegidos, es un desafío por su magnitud”.
En cuanto a las resonancias del término infraestructura, Valladares explica: “Entiendo que haya personas a las que les rechine para hablar de naturaleza. Yo no estoy a favor ni en contra de su uso. Me parece que ya transmite por sí mismo información porque no es más que reconocer la cruda realidad: el ser humano se ha adueñado del planeta, está transformando todos los ciclos biogeoquímicos, estamos en el Antropoceno y negar todo eso no es operativo. El desarrollo va a seguir teniendo lugar nos guste o no y lo que podemos hacer es pilotarlo para que las zonas de más valor sigan teniéndolo, para que se mejore la funcionalidad de algunas zonas y para que sea lo más sensato y multifacético posible. El concepto de infraestructura verde va por delante de cualquier prejuicio”.