“Para recibir fondos de la UE hay que tener en cuenta la migración hacia una economía baja en carbono”
Entrevista a Jorge García Reig, subdirector general de Programación Territorial y Evaluación de Programas Comunitarios del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas.
Pocas personas de la administración española conocen mejor el nuevo marco de financiación europea para el periodo 2014-2020 como Jorge García Reig, subdirector general de Programación Territorial y Evaluación de Programas Comunitarios del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas. Reig, que participó en la sesión técnica sobre nuevos instrumentos de financiación (ST-30) de Conama 2014, explica que España debe cambiar su gestión para un nuevo escenario que ya no está orientado en financiar unas pocas infraestructuras muy grandes sino muchas acciones más pequeñas concentradas en las prioridades europeas, entre ellas, la economía baja en carbono.
Pregunta. ¿Por qué es tan importante la economía baja en carbono en lo que respecta a los fondos europeos?
Respuesta. La economía baja en carbono se convierte para todos los estados miembros de la UE en un principio prioritario y se incluye como tal dentro de los reglamentos. Se establece una figura que es la concentración temática, que obliga a los estados miembros a dedicar a la economía baja en carbono un volumen de recursos porcentual al total de los recursos que van a recibir por tipo de región. Hay que pensar que las regiones más desarrolladas tienen la obligación de recibir el 20% como mínimo en economía baja en carbono.
P. ¿Qué supone la figura de la concentración temática?
R. La nueva programación está focalizada hacia los resultados y una mayor eficacia. Se incluye la concentración temática para no dedicarnos a todo. Concentrando los esfuerzos se espera conseguir unos resultados concretos, definidos, actuando todos en la misma dirección para lograr las mismas cosas.
P. ¿Cómo cambia para España la gestión de estos nuevos fondos?
R. Un reto muy importante para España es ir pasando de un sistema en el que se financiaban muy pocas operaciones de mucha volumetría a otro en el que vamos a tener un número de actuaciones mucho mayor con menores recursos. En el sector residencial, por ejemplo, vamos a trabajar con viviendas privadas, con comunidades de vecinos, con sistemas de vivienda…, pero al final la ayuda que van a recibir será mucho más pequeña que hacer el tren de alta velocidad o la red de autopistas del pasado.
P. ¿Cuál es la clave para aumentar nuestras posibilidades de recibir fondos?
R. Lo que hay que hacer es justamente lo que necesita ahora España: para recibir fondos europeos hay que tener en cuenta como un principio horizontal la migración hacia una economía baja en carbono. Hay que incluir esto en prácticamente todas nuestras actuaciones, se trata de un síntoma de progreso, de ir hacia adelante. En el tramo urbano, por ejemplo, donde se trata de sistemas integrados y no sabemos lo que van a hacer los ayuntamientos, hemos reservado un volumen muy importante en proyectos de economía baja en carbono.