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El huerto escolar: “laboratorio” para una renovación y re-naturalización urbana participativa.

Autor: Amaya Castillo García
Terrativa S. Coop. Mad.
Otros autores: Laura Redal Merino (Terrativa S. Coop. Mad.); David Mateos Pascual (Terrativa S. Coop. Mad.)
Tipo: Comunicación técnica escrita
Temática: Biodiversidad; Renovacion urbana
Documentos asociados: Doc. Escrito
Resumen:
Cada vez son más numerosas las voces que reclaman una planificación urbana que ponga en el centro a las personas y sus necesidades, generando ciudades más inclusivas, diversas, seguras, saludables y por supuesto, sostenibles. Francesco Tonucci propone la presencia de niños/as jugando en la calle como indicador de la buena salud de las ciudades. Si pensamos en lo necesario para que esto suceda, se requiere una serie de condiciones como la restricción al tráfico, la higiene, la cercanía de personas de referencia a quien acudir en caso de incidente o la presencia de elementos naturales. Compartimos con Tonucci que estas condiciones no sólo benefician a los niños/as sino que conforman un escenario deseable para el gran conjunto de la sociedad.

Exceptuando zonas concretas de escasos barrios, en la mayoría de las grandes ciudades no se ven niños/as jugando por las calles. Efectivamente, si pensamos en cualquiera de nuestras grandes ciudades, enseguida nos vienen a la cabeza los atascos, la contaminación, la escasez de espacios verdes o la creciente exclusión social. Parece evidente que se requiere una renovación (y re-naturalización) urbana profunda. Y esta renovación no puede tener lugar sin la participación de sus habitantes, si el objetivo es que atienda a sus necesidades.

La escuela, puede ser (y en algunos lugares ya es) un espacio idóneo para ensayar y ejercer mecanismos de participación para la renovación (y re-naturalización) urbana, ya que una gran parte de la población pasa la mayor parte del día y del año en su interior (no solo el alumnado, también el profesorado y otros miembros de la comunidad educativa). Dentro de la escuela, los huertos escolares resultan espacios óptimos como 'laboratorio' para poner en práctica esta participación. Los huertos escolares cumplen con las condiciones idóneas para el esparcimiento y la autonomía de los niños/as, representan oasis de naturaleza y biodiversidad que poco a poco van abriéndose paso en las urbes y en torno a ellos, se pueden generar numerosos proyector, encuentros, sinergias y alianzas.

En esta comunicación técnica nos centraremos en el potencial del huerto escolar como espacio para la participación hacia esta renovación urbana apoyándonos en las experiencias de varios centros educativos, principalmente de la ciudad de Madrid.