Los vehículos eléctricos suponen un gran paso a la hora de reducir la emisión de gases contaminantes, mejorando la calidad del aire y permitiendo ahorrar recursos energéticos no renovables. Por tanto, representan una parte muy importante en la solución contra la contaminación ambiental en zonas urbanas. A su vez, el uso de sistemas de propulsión eléctricos reduce considerablemente el ruido emitido en comparación con los vehículos de combustión interna. Esta característica cumple en gran medida con las expectativas sociales relativas a la contaminación acústica en ciudades. No debe olvidarse que, según la Organización Mundial de la Salud, más de 20.000 personas mueren al año a consecuencia de patologías relacionadas con el ruido.
En la actualidad, el parque móvil de vehículos eléctricos sigue siendo reducido, sin embargo, se estima que la demanda mundial crezca de forma rápida hasta alcanzar los 8 millones de vehículos en 2020 [1]. Por tanto, es previsible que la disminución del ruido generado por los vehículos se vea reflejada en los mapas de ruido, especialmente en aquellas zonas urbanas donde la velocidad de circulación es baja. Asimismo, el cambio en la firma acústica de los vehículos debido al uso de sistemas de propulsión eléctricos afectará al paisaje sonoro de las ciudades.
A pesar de todas las numerosas ventajas que presenta la utilización de vehículos eléctricos, un nivel de ruido excesivamente bajo puede suponer un riesgo desde el punto de vista de la seguridad vial. En estas circunstancias, peatones y ciclistas verán disminuida su capacidad para detectar la aproximación de un vehículo, incrementándose así el riesgo de sufrir un accidente. Para solucionar este problema, los principales organismos gubernamentales han establecido la necesidad de un nivel de ruido mínimo en los vehículos eléctricos, regulando el uso de los Sistemas de Advertencia en este tipo de transportes. Estos dispositivos, destinados a garantizar la detectabilidad del vehículo, afectarán en gran medida al paisaje sonoro de las ciudades.
Este trabajo tiene por objeto estudiar la influencia del vehículo eléctrico en los mapas sonoros a partir de modelos de predicción. Del mismo modo, se analizan las implicaciones que suponen el uso de este tipo de transporte en la seguridad vial y los posibles cambios en el paisaje sonoro de zonas urbanas.